Lectura del santo evangelio según san Lucas (12, 1-7)
En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:
«Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.
Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo.
¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos».
Palabra del Señor.
En la medida que seamos conscientes y asumamos el valore que poseemos en comparación de los demás seres (cf. v. 7), sabremos evitar y sobreponernos a todo aquello que nos denigra y corrompe: la hipocresía, la mentira, el engaño, la sospecha…
Sabremos, además, defendernos de aquello y aquellos que pueden provocarnos una muerte definitiva y arrojarnos al lugar de castigo (cf. v. 5).
¡Cuidémonos de la levadura que no fermenta la masa!
Mario A. Hernández Durán, Teólogo.
RAZONES Y REFLEXIONES 