SÁBADO 4

Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco (v. 31)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6, 30-34)

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.

Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor.

Vengan conmigo

El Señor no sólo nos llama a seguirlo y a predicar el evangelio, y también nos invita a descansar, a buscar espacios para la intimidad y la soledad, y no descuidar el alimento indispensable (cf. vv. 31-32).

El compromiso con él y con el Reino es exigente, y las necesidades del pueblo son muchas; la gente va y viene sin detenerse (v. 33). Así, la compasión hacia nosotros mismos es primordial, pues nos prepara para compadecernos de aquellos que nos buscan y esperan ser acogidos y acompañados.

Mario A. Hernández Durán, Teólogo.