VIERNES 4

Los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz (v. 8)

Lectura del santo evangelio según san Lucas

Lc 16, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador’. Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’.

Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Este respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’.

El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz’’.

Palabra del Señor.

Dame cuenta de tu trabajo

Cuando nos enfrentamos a los límites que nos ponen la vida o las circunstancias, comenzamos a preguntarnos cómo resolver las situaciones y cómo prever nuestro futuro; entonces, ponemos en juego la sagacidad, la creatividad, la astucia o la coherencia.

La propuesta de Jesús a sus discípulos –y a nosotros– es que también ellos deben poner en juego su creatividad, ser astutos para prever el rumbo que la dinámica del reino debe tomar en medio de la sociedad; si bien el reino es de los humildes y sencillos, ello no quiere decir que se puede construir con ingenuidad (Luis A. Schökel).

En algún momento tendremos que dar cuenta de nuestro trabajo (v. 2).

Mario A. Hernández Durán, Teólogo.