MARTES 7

Todos ustedes son hermanos (v. 8)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (23, 1-12)

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor.

No te enaltezcas

El Misterio Trinitario es, también, un ritmo de vida, que da la pauta, puntual y clara, de cómo deben vivir los seguidores del Señor: no en base a las aspiraciones humanas (que siempre rompen el ritmo), sino teniendo como guía y maestro al Hijo (vv. 8 y 10), reconocer que sólo Dios es Padre (v. 9) y dejarse llevar por la fuerza del Espíritu que impulsa, sostiene y anima.

Un ritmo que, además, se mantiene en un movimiento constante al paso de la fraternidad, porque todos somos hermanos (v. 8).

Mario A. Hernández Durán, Teólogo.