JUEVES 11

Si tú quieres… (v. 40)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1, 40-45)

En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “Si tú quieres, puedes curarme”. Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí quiero: sana!” Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.

Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: “No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”.

Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.

El leproso es un reflejo de nuestra condición: los deseos más profundos de cada uno, cuando pasan por el filtro de la fe, se abren con humildad, sin exigir, a la voluntad generosa del Señor.

Si tú quieres (v. 40) es una expresión de confianza y libertad que converge con la compasión de un Dios que se ha dejado conmover y que desea lo mismo que nosotros: ¡Sí quiero! (v. 41).

Mario A. Hernández Durán, Teólogo.