JUEVES 3

El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces (v. 47)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,47-53)

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

¿Han entendido todo esto?» Ellos le contestaron: «Sí». Entonces él les dijo: «Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas»
.

Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí.

Palabra del Señor.

El Reino de los cielos, como una red (v. 47), acoge a todos los hombres y los acerca, incluso, al límite donde se decide quién se queda y quién no.

Allí, alguien habrá de escoger y seleccionar (cf. v. 48); todo dependerá de cómo hayamos vivido: configurados por el bien, o por el mal. Los que hayan hecho de su vida una expresión de bondad, serán elegidos para gozar del Reino; lo otros, sumidos en la maldad, serán arrojados al olvido, donde solo habrá llanto y desesperación (v. 50).

¿Cuáles son los rasgos de la bondad?: la alegría, la sonrisa abierta, la escucha respetuosa, el servicio incondicional, la presencia solidaria, la cercanía fraterna, el perdón sincero, la mirada transparente, la misericordiosa, la paciencia y un amor que se vive a fondo y se entrega sin medida.

Mario A. Hernández Durán, Teólogo.